Testimonios de familias a las que he acompañado

He trabajado con cientos de mujeres y parejas que se sentían confundidas, indecisas, asustadas y abrumadas frente a la posibilidad de formar familia con donante, o enfrentar los desafíos de apoyar a su hijo/a donoconcebido a integrar y enfrentar su historia de origen.


Mira acá cómo fue el camino recorrido por quienes recibieron acompañamiento y hoy son orgullosas madres y padres de niños/as donoconcebidos.


Tú también puedes ser parte de esta tribu.

Rosario Oltra,

mamá singular por espermadonación

“Antes de asistir a los talleres estaba en betaespera, me habían puesto el embrión que ahora es mi hija Celeste. Tenía sentimientos revueltos, sobre todo los primeros meses que son los que más perdida y asustada te sientes".

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“Antes de asistir a los talleres estaba en betaespera, me habían puesto el embrión que ahora es mi hija Celeste. Tenía sentimientos revueltos, sobre todo los primeros meses que son los que más perdida y asustada te sientes.


Los talleres fueron increíbles, nadie más podría haber entendido mejor lo que estaba pasando, excepto este grupo de mujeres que estábamos en las mismas y tú Meri, fuiste nuestra luz. Nos diste nociones de cómo poder manejarse frente a la sociedad, de lo que te pueden decir o cómo contarle a tu hijo. Los talleres son puro beneficio.


En todos los hitos me sentí súper acompañada, independiente de mi entorno, porque ustedes sabían lo que yo estaba sintiendo. Sin los talleres, habría sentido mucho más miedo y habría sido un embarazo muy solitario. La cabeza de repente te lleva a unos lugares… Si puedes hacer las cosas más simples con ayuda y acompañamiento… “voh dale”. No porque vayas a ser mamá en solitario tienes que hacer este proceso sola.”

Ruth Vilches y Álvaro Durandal,

concepción por ovodonación

“Antes de asistir al taller, estuvimos 5 años transitando la infertilidad. Nos hizo mucho sentido tu línea y tu visión respecto a la ovodonación y al tema de la infertilidad porque no solo hablabas de lo académico, sino que también desde tu propia experiencia de vida con el tema".

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“Antes de asistir al taller, estuvimos 5 años transitando la infertilidad. Nos hizo mucho sentido tu línea y tu visión respecto a la ovodonación y al tema de la infertilidad porque no solo hablabas de lo académico, sino que también desde tu propia experiencia de vida con el tema. Eso es súper enriquecedor, sobre todo en algo tan delicado y trascendente. Son muchas cosas que solo se entienden cuando las vives.


Salimos del taller con herramientas nuevas y nuestras dudas resueltas.

Por otro lado, la participación en comunidad fue muy importante. Hablar de estos temas en grupo, verbalizar los miedos y tener espacios de reflexión, nos hizo vivirlo de manera distinta. El solo hecho de tener este espacio, fue un gran alivio.


Lo recomendamos un 100%. Hubiese sido tan útil haberlo tenido cuando recién empezamos este camino de infertilidad porque podríamos haber resuelto miles de dudas sin tantos tropiezos.


Para tomar las decisiones que se necesitan para llegar a un embarazo de término, tienes que sentirte seguro, tranquilo y saber que lo estás haciendo bien. Eso solo lo puedes obtener hablando y compartiendo con personas que te apoyen. Súper recomendado.”

Andrea Ruiz de Arechavaleta,

mamá en pareja por ovodonación

“Yo estaba buscando la maternidad hacía mucho tiempo, había hecho un primer intento con óvulos propios que había congelado cuando era más joven. Hicimos el proceso y salieron todos los embrioncitos con defectos. Intentamos otro ciclo con mis propios óvulos y ahí nuevamente los embrioncitos salieron todos malos".

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“Yo estaba buscando la maternidad hacía mucho tiempo, había hecho un primer intento con óvulos propios que había congelado cuando era más joven. Hicimos el proceso y salieron todos los embrioncitos con defectos. Intentamos otro ciclo con mis propios óvulos y ahí nuevamente los embrioncitos salieron todos malos. Ahí fue super duro, ese segundo intento fallido ya fue como caerse de alturas y golpearse en el piso, muy destruida la esperanza. Un momento muy malo para nosotros como pareja y veíamos todo negro. Ahí el equipo nos recomendó la ovodonación.


Estaba bastante fuerte en mí la sensación de que no lo merecía, que ya yo había optado en mi vida por otras cosas y se pasó el tiempo, que esto es el destino, la biología, que tenía que aceptarlo, que ya lo intenté, fue super doloroso y ya no quería pasar de nuevo por esta decepción, ni por este dolor, ni yo ni mi marido… Así que en ese sentido fue muy importante para mí el acompañamiento…


Ya en un par de sesiones de acompañamiento logré trabajar muchos prejuicios que tenía. Meri con mucha paciencia y haciéndolo de forma muy simple fue explicando con argumentos bastante sencillos pero a su vez muy profundos, mis concepciones erradas y me dio una luz en este proceso, de que no era algo tan terrible, me habló de la epigenética, de los designios más del alma más que de los genes, que yo tenía derecho también a acceder a este tipo de tratamientos… también el tema de cuándo explicarle al niño o a la niña, no ocultarlo, que también se me pasó por la cabeza… ella lo hizo muy muy sencillo, cosas tan profundas las hizo muy sencillas, entonces rápidamente me reconcilié con este proceso.


Además, usa terapias de tipo energética que son fundamentales para el manejo integral de un paciente. Yo sentí efectos benéficos, me tranquilizaba mucho en las sesiones de bioenergética, tenía sensaciones corporales muy agradables y todo eso sumó mucho para mi bienestar. Me hacían sentir super bien, tanto física como energéticamente, y entonces fue un embarazo maravilloso.


Ya un embarazo es un proceso difícil, y más encima con toda esta carga que se trae de dolor de tratamientos fallidos, desesperanza, de renunciar a lo genético, se le agrega toda esa complejidad. Entonces si está la posibilidad de tomar este tipo de ayuda, hay que permitírselo, porque uno tiene que cuidar de sí mismo. A lo mejor uno no se da el tiempo, ni los recursos, pero hay que priorizar, eso pienso”.

Ivanhy Ureta,

mamá singular por embriodonación

“Quedé sin pareja y decidí embarcarme en esto sola. Estaba en mi semana 14 de embarazo gracias a la donación de un embrión, y mientras tejía un pequeño chalequito amarillo me conectaba al taller".

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“Quedé sin pareja y decidí embarcarme en esto sola. Estaba en mi semana 14 de embarazo gracias a la donación de un embrión, y mientras tejía un pequeño chalequito amarillo me conectaba al taller.


Lo que más me marcó fue que la información que expusiste y las cosas que conversamos estaban basadas en evidencia científica. Habían estudios, no era una intuición respecto de la salud mental de los niños donoconcebidos. Hay inquietudes que uno recibe de su entorno cercano y no tan cercano, a veces de forma atinada y otras, no tan atinada. Fue súper importante tener información basada en evidencia para hacerles frente.


Creamos esta tribu. En toda maternidad es importante hacer tribu con otras mujeres que estén en lo mismo, sobre todo en el caso de la maternidad singular. Tiene que ver con sentirse comprendida y acompañada en el proceso. Irse preparando, ir haciendo esta hoja de ruta de lo que se viene y adquirir herramientas. Te hace sentir más segura.


Decidir ser padre o madre es una gran responsabilidad, y el hecho de adquirir herramientas no es opcional. Está el discurso de la abuelita de que existe el sentido común para ser madre, pero hoy en día no todo puede ser tan intuitivo, hay que asumir que no me las sé todas y pedir ayuda porque este proceso además, está lleno de duelos. Estos talleres pueden ser una experiencia muy nutritiva para cualquier persona que esté viviendo este proceso.”

Copyright ©2025 María Rosa García | Maternidades por Donación